1) ORIGEN MITOLÓGICO: El mito de Narciso proviene de la mitología grecorromana clásica, según la cual este joven fue tan bello que se enamoró de su propia imagen, reflejada en el agua (reflexión visual del sí mismo propio); además, escuchaba sus propias palabras repetidas en eco (reflexión auditiva de ese sí mismo propio). Finalmente, muere ahogado al intentar abrazar a ese otro ser tan atractivo, que no era sino él mismo, sin que él lo supiera: es decir, se ahoga en su propia imagen. Contamos con el testimonio literario de ello, entre otras fuentes, en las “Metamorfosis” de Ovidio.
2) NARCISISMO, FASE DEL DESARROLLO LIBIDINAL NORMAL: La instancia psíquica del yo tiene su formación en la primera infancia; en ella, las pulsiones parciales se sintetizan en torno de una ilusión de unidad completa, que llamamos “yo”. Así, el yo se forma tomándose a sí mismo como objeto principal de amor. Todas las personas con un yo constituido debieron cursar la fase que llamamos narcisismo; las personas que padecen de patologías como, por ejemplo, el autismo tienen serios déficits en este sentido (no logran la formación del yo o lo hacen muy precariamente).
3) TRASTORNOS NARCISISTAS DE LA PERSONALIDAD (CARACTEROPATÍAS NARCISISTAS): Dejando de lado el ámbito del desarrollo normal, en que, reitero, el narcisismo es siempre un fondo último, debemos señalar, ahora, una forma particular de trastorno patológico del carácter, a saber, la caracteropatía narcisista, cuyos rasgos principales son los siguientes (el listado no es exhaustivo):
3.1) Egocentrismo acentuado o extremo, según el cual el yo propio está en primer lugar (único lugar, en realidad), sin que haya sincera consideración por los demás.
3.2) Patrón general de grandiosidad (en la fantasía o en el comportamiento), es decir, ideas de grandeza del sí mismo propio.
3.3) Necesidad de ser admirado/a.
3.4) Falta de empatía (capacidad de ubicarse emocionalmente en el lugar del otro y comprenderlo).
3.5) Pretensión de ser especial y único/a, sin reconocimiento de los derechos ajenos; es como si el mundo estuviera en deuda con él o ella.
3.6) Relación interpersonal de explotación y sometimiento de los demás, en el sentido del uso de los otros para su propia conveniencia.
4) CONSULTAS Y TRATAMIENTO: Es requisito indispensable algún grado de autocrítica para que la persona narcisista solicite la ayuda de un profesional; de lo contrario, se afirmará neciamente en su forma de ser y culpará a los demás de todo. La consulta también puede servir a personas que padecen de la relación con una persona así, en el sentido de que una terapia podría ayudarlas a liberarse de ese yugo. La terapia psicoanalítica aporta un esclarecimiento de los procesos psíquicos inconscientes, sin el cual el estado de cosas sólo se limita a los esfuerzos de una conciencia impotente, que no encuentra salida.
Dr. Alexis Vaneskeheian
Psicólogo clínico de orientación psicoanalítica y docente
(MN: 35520) (MP: 94705)
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E-mail: lic.vaneskeheian@gmail.com