1) DUELO NORMAL: Es la reacción afectiva ante la pérdida de un objeto amado (una persona, un trabajo, un ideal, etc.), que se caracteriza por tres fases (dicha pérdida, el desinvestimiento libidinal del objeto perdido y el investimiento libidinal de otro objeto). El tiempo es el único “remedio” que cura el afecto del duelo.
2) DUELOS PATOLÓGICOS: Sin embargo, no todo duelo es normal. Existen casos en que la persona no puede tramitar la dolorosa pérdida; la ambivalencia amor-odio, el sentimiento de culpa, etc., son algunas de las causas posibles de este impedimento.
2.1) DUELOS NO RESUELTOS: No es posible asimilar el dolor de la pérdida; la persona queda estancada, por así decirlo, en ese fragmento de su vida, sin poder continuar adelante. Así, pierde capacidades y oportunidades de las más diversas índoles; eventualmente, la situación puede complicarse con la evolución hacia una depresión afectiva (de más está decir que no deben confundirse duelo patológico y depresión afectiva).
2.2) DUELOS MAL RESUELTOS: Se diferencian de los anteriores por el grado y no por su naturaleza; son duelos no resueltos del todo, que dejan tras sí restos no tramitados.
3) CONSULTAS Y TRATAMIENTO: No hay ninguna necesidad de tratamiento en los casos de duelo normal; sin embargo, aquel no está contraindicado (la terapia puede ayudar en el acompañamiento del proceso). En cambio, el tratamiento está indicado en los casos de duelos patológicos; la psicoterapia cura las causas que impiden resolverlos; así, libera al paciente del padecimiento y logra en él la recuperación de las capacidades previamente afectadas.
Dr. Alexis Vaneskeheian
Psicólogo clínico de orientación psicoanalítica y docente
(MN: 35520) (MP: 94705)
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