1) NORMALIDAD DEL DESEO DE VIVIR: En la vida normal, sin alteraciones patológicas en el sentido de lo que vamos a tratar, uno no sólo vive sino que tiene deseo de vivir: desea hacer tal cosa, quiere hacer tal otra, elabora proyectos de diversa índole (personales, conyugales, familiares, laborales, profesionales, etc.). En todas esas situaciones, las dos clases de pulsiones -constitucionales y universales-, PULSIONES DE VIDA (EROS) y PULSIONES DE MUERTE (TÁNATOS), se encuentran en un estado de relativo equilibrio de MEZCLA PULSIONAL.
2) RUPTURA DE LA NORMALIDAD DEL DESEO DE VIVIR: Sin embargo, las cosas no siempre funcionan así. El deseo de vivir puede verse disminuido o, en un grado extremo, desaparecer, lo cual responde a una situación de DESMEZCLA PULSIONAL, en que las pulsiones de muerte priman por sobre las pulsiones de vida (Tánatos cobra más fuerza que Eros). Generalmente, una situación así cursa en el marco de alguna patología (depresión afectiva, trastorno de ansiedad generalizada, dolor físico extremo y crónico, etc.). La persona que se encuentra en ella, puede padecer de las siguientes posibilidades clínicas:
2.1) IDEACIÓN SUICIDA (AUTOLÍTICA): Ideas de atentar contra la propia vida, que pueden o no conducir a la elaboración de un plan de acción.
2.2) INTENTO SUICIDA (AUTOLÍTICO): Es el paso a la acción mediante algún método (cortes en el cuerpo, sobreingesta de medicamentos, etc.). Dependiendo de la gravedad del acto, será posible o no salvar la vida.
3) CONSULTAS, PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO: Ante cualquier manifestación o indicio de lo que estamos tratando, corresponde hacer la consulta médico psiquiátrica y/o psicológica cuanto antes. El diagnóstico precoz permite prevenir y tratar estas situaciones con mejor pronóstico; en caso contrario, las consecuencias pueden ser drásticas.
Dr. Alexis Vaneskeheian
Psicólogo clínico de orientación psicoanalítica y docente
(MN: 3552) (MP: 94705)
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