1) El psicoanálisis nace a fines de siglo XIX de la mano de Sigmund Freud (1856-1939), médico neurólogo e investigador en fisiología, en la época del auge de la PSICOLOGÍA DE LA CONCIENCIA, para la cual “psíquico” equivalía a “conciente”, de modo tal que no cabía la posibilidad siquiera de algo psíquico que no fuera conciente. En esa época, a contrapelo de la ciencia instituida y en gran parte gracias al abordaje de la HISTERIA es que Freud elabora EL CONCEPTO DE INCONCIENTE, el cual hace las veces de una verdadera RUPTURA EPISTEMOLÓGICA, en el sentido de Gastón Bachelard (1884-1962).
2) EL DESCUBRIMIENTO FREUDIANO DEL INCONCENTE generó RESISTENCIAS afectivas, esto es, rechazo, mofa, desautorización sin fundamento racional ni argumental (y aún con desconocimiento), etc., cuyas dificultades tienen plena vigencia y se manifiestan, por ejemplo, a través de prohibiciones-tabú de gran fuerza en la opinión pública actual, temas “espinosos” que incomodan:
2.1) LAS DIFERENCIAS ENTRE PROCESOS PSÍQUICOS CONCIENTES E INCONCIENTES, que atentan contra la idea errónea de dominio de sí por parte del yo (de este modo, el yo no es el dueño en su propia casa) y ponen de relieve LAS TRES PROPIEDADES DEL INCONCIENTE FREUDIANO (INFANTIL, SEXUAL Y REPRIMIDO).
2.2) LAS DIFERENCIAS ENTRE NORMALIDAD Y PATOLOGÍA, no siempre del todo claras ni tajantes, ni establecidas con un criterio absoluto ni definitivo, que incomodan incluso a muchos de los adherentes del psicoanálisis.
2.3) LAS DIFERENCIAS SEXUALES ENTRE MASCULINIDAD Y FEMINIDAD, que, en psicoanálisis, tienen sus bases específicas en el COMPLEJO DE EDIPO, el COMPLEJO DE CASTRACIÓN y el FALO, en que se trabaja sobre las consecuencias psíquicas de la diferencia anatómica entre los sexos.
3) Ya tempranamente en su obra, Freud llamó la atención sobre los síntomas de las neurosis como FALSOS ENLACES, formaciones sustitutivas que enlazan el monto de afecto separado de la representación reprimida con otra representación sustitutiva en la conciencia, que así afectan al cuerpo, a la mente, a la acción, a las relaciones interpersonales, etc. La terapia analítica parte de ellos y, mediante el análisis por la palabra, esclarece los VERDADEROS ENLACES, las verdades reprimidas ignoradas por la conciencia, con lo cual los síntomas desaparecen (carecen de funcionalidad) y el paciente toma de conciencia de sus deseos reprimidos.
4) CONSULTAS Y TRATAMIENTO: El amor a la verdad es una condición necesaria de la cura analítica, sin la cual esta no es posible; así lo planteó el mismísimo Freud, quien, evidentemente, no lo vio extendido en la totalidad de la población ni asegurado (podría agregarse que la falta de esta forma de amor es una eventual dificultad incurable).
Dr. Alexis D. Vaneskeheian
(MN: 35520) (MP: 94705)
Psicólogo clínico de orientación psicoanalítica y docente
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